La controversia se inició en las redes sociales el domingo, luego de que la prestigiosa publicación de modas diera a conocer su portada para la edición impresa de febrero. Algunos afirmaron de entrada que el rostro de la vicepresidenta electa había sido «blanqueado». Las críticas apuntaron después a la elección de una foto donde Harris luce demasiado «relax».
En la imagen, la futura vicepresidenta está de pie en un set de telas rosadas con grandes pliegues sobre un fondo verde. Es parte de una serie tomada por el fotógrafo afroestadounidense Tyler Mitchell, quien había fotografiado en 2018 a Beyoncé para la cubierta de la revista.
«No puedo imaginarme a nadie viendo en esta portada otra cosa que no sea eso, la imagen de una mujer en pleno dominio de sus facultades que, junto con el presidente electo, le dará a este país el liderazgo que necesita», sostiene. «Para mí, es una afirmación muy importante y positiva sobre las mujeres y las mujeres en el poder».
Wintour, que tiene reputación de ser una mujer fría, ya había sido acusada, durante las grandes protestas de Black Lives Matter el verano boreal pasado, de no dar suficiente espacio a los estilistas o fotógrafos negros en la revista.
Incluso circularon rumores de renuncia de quien la revista Forbes presentó en 2017 como la mujer más poderosa del mundo de la industria de los medios y el entretenimiento.
En la entrevista con Sway, asegura que ese episodio tenso había sido «fructífero», y afirmó que había comprendido que «no escuchaba o no escuchaba lo suficiente».
«En una empresa, hay que escuchar a todos, todas las voces, y asegurarse de que las personas se sientan libres de hablar cuando lo consideren necesario», afirmó.